Lecturas Bíblicas de la semana
Hechos de los apóstoles 5:27-32
Cuando los trajeron, los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. A este, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.
Salmos 30:1-5
Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,
Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.
Jehová Dios mío,
A ti clamé, y me sanaste.
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;
Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.
Cantad a Jehová, vosotros sus santos,
Y celebrad la memoria de su santidad.
Porque un momento será su ira,
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.
Apocalipsis 5:11-14
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.
san Juan 21:1-8
Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.
Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar. Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos.
“La fe no es una opinión o una mera persuasión, sino una firme y segura confianza en el corazón, por la cual nos apoyamos en la misericordia de Dios prometida por medio del Evangelio.”
Juan Calvino
Nuestras Iglesias
La iglesia es una comunidad de creyentes que, al ser transformados a la imagen de Cristo, nos esforzamos por procurar el bienestar de los demás, tanto en el hogar como en la congregación, cultivando un entorno de amor fraternal y compañerismo.
Somos
presbiterianos
Creemos en un liderazgo colectivo, ejercido por hombres maduros y conocedores de la Escritura, que dirigen la iglesia con transparencia y en colaboración mutua. Este modelo bíblico permite decisiones más sabias, justas y fieles.
Somos
evangelización
El evangelio de Cristo tiene el poder de transformar vidas y ha impactado al mundo entero. Nuestra pasión es compartir esta esperanza para traer renovación y vida abundante a personas, matrimonios y familias en Colombia, y desde aquí, extenderla a Hispanoamérica y más allá.